Estas palabras que hoy me atrevo a dedicar a Ángel, cuando hace justo un mes de nuestra última conversación, no son más que fruto una enorme cantidad de sentimientos que sólo un ser humano con un corazón inmenso y  extremadamente bondadoso puede arrancar. Ángel no era un hombre cualquiera, no pertenecía a esta ambiciosa sociedad en que nos ha tocado vivir, él era un joven con una clase especial, dedicado al servicio a su trabajo, a su ciudad, a su partido, a sus amigos   ....pero, sobre todo enamorado de su familia, para la que nunca le faltaban elogios. ¡No era un chaval de este tiempo!. Ángel era un ser diferentemente especial...

Lejos del protagonismo que merecía, a Ángel le gustaba aparecer siempre en un segundo plano, desechaba cualquier tipo de ostentación fuere del tipo que fuere. Le entusiasmaba hacer felices a los demás y lo demostraba golpe a golpe, trabajando y dejándose la piel por lo que consideraba la ilusión de su vida, a día de su marcha: "imitar a su abuelo".

Su abuelo siempre fue su referente, su ejemplo a seguir,  el motor de todo su esfuerzo...De un tiempo a esta parte sólo soñaba con poder ocupar el sillón de la alcaldía de su humilde pueblo, "La Cañiza", algún día.  Lugar en el que le gustaba pasar los días de fiesta rodeado de los suyos.

Recuerdo con qué ilusión, pero a la vez perplejidad, me comunicó su "futuro" puesto en la Cámara Alta, -"¡qué orgulloso se sentiría mi abuelo de esto!"- fueron sus primeras palabras. ...."Y cuánto darían otros por ocupar este puesto que para mí siempre fue impensable"-añadía, sin dar excesiva importancia a la noticia.... Hubiese querido pasar desapercibido, pero su esfuerzo, su capacidad, su caballerosidad, su saber estar, su don de gente y su eterna sonrisa le habían deparado este futuro prometedor!-que permítanme que dude que ansiara.

Hace pocos días, tras ese inquietante 1 de Marzo que Ángel, con todos los suyos, disfrutó como el éxito esperado, me refirió que uno de sus grandes proyectos a partir de este momento era colaborar, desde el Senado, con labores humanitarias, cuestión que ya venía realizando desde hacía tiempo en su ciudad desde el más absoluto anonimato. ¡Qué felicidad derrochaba cuando, a cambio, sólo recibía una sonrisa! Y alzaba una mirada al Cielo intentando buscar a su abuelo en cualquier estrella, para manifestarle una de sus  dedicatorias.

Siempre sentí en Ángel al hermano pequeño que nunca tuve y, poco a poco fue haciéndose un impresionante hueco en mi corazón por sus innumerables muestras de cariño desinteresado, fiel a su estilo .Los auténticos amigos son los hermanos que a Dios se le olvidó regalarnos.  En el suyo siempre supo reservar un lugar para todos lo que le quisimos, y para los que no tuvieron la dicha de poder hacerlo.....El corazón de Ángel era tan inmenso que no le cabía en el pecho. Era, si cabe, aún más grande que toda su vertiginosa carrera. Era tan delicado que, de tanto amar, se olvidó de sí mismo.

El mismo Viernes 6 de Marzo, a eso de la media tarde recibí sus últimas palabras cuando aún se encontraba trabajando en su despacho. Estoy segura de que no dejó nada pendiente para el siguiente día; Ángel era sencillamente así, pero ese día ya no estaba para él...!!! En esta dura vida, las cosas bellas duran poco, Dios recoge para su jardín las flores más hermosas,.. y eso ocurrió con Ángel! Pero me siento en el deber y la obligación de agradecerle, en nombre de todos los que vivimos en él, el habernos regalado un trozo de su corta pero hermosísima vida! Gracias, una vez más, príncipe de las mareas!!!! Gracias a tu familia por hacer de ti la humildad personificada!

Ahora aún preciso lágrimas prestadas para seguir llorando el dolor, los temblores de la noche, la dureza de este trance que nunca podremos superar!

¡Descansa Ángel! Lo necesitabas....¡Ahora vives con el abuelo!

Desde lo más profundo de mi corazón...¡descansa!.¡Descansa en paz!

¡Dios te bendiga, Ángel!!!

Agradecimientos a María José Prieto Maysounave como se los daría Ángel.